Cuantas cosas pueden llegar a pasar por mi cabeza en unos minutos…
Hm…ahora que lo pienso, cuanto desearía poder abrazarte…poderte demostrar cuando me importas, mientras te envuelvo con dificultad entre mis brazos…poderte decir cuanto te quiero, cuanto te necesito, cuanto te deseo.
Pero…no puedo, sé que no puedo…así que, ¿para que soñar? Si, dicen que soñar es gratis, pero a mi no me sirve de nada. Si no lo pongo en la práctica, no lo quiero. Oh…volar…mientras pienso todo esto, estoy viendo un pájaro volar. ¿Te imaginas poder volar? Poder ser totalmente libre durante unas horas..unos minutos, o simplemente unos segundos. Poder disfrutar de tu total libertad. Si…otro deseo incumplido. Vamos sumando…
Ay, dios mío. A veces hasta llego a desear, poder quedarme siempre a oscuras. A oscuras con mis penas, con mis alegrías, con mis ilusiones, con mis sueños. A oscuras, sin ver nada, sin ver nadie, que la noche nunca termine. Sumirme en un sueño eterno, donde nada ni nadie tenga el derecho a irrumpirlo, donde yo tenga las riendas de la historia, donde yo sea quien decide cuando y como empieza, y cuando y como termina. Quien es el protagonista, si termina de una forma agradable o de una forma trágica.
Bah..ya puestos a pensar, desearía sumergirme en agua y no salir hasta aclararlo todo. Notar ése peculiar pitido en los oídos, cuando sabes de sobras, que si no sales en cuestión de segundos te vas a ahogar.
Nada, nada, deja tu mente en blanco. Blanco, un color que une a todos, un colo según dicen “puro”…hm…tendremos que hacer caso, a veces el conformismo ayuda.