¡Oh, no sufras! Me iré lejos de esta ciudad, nunca más te esperaré a la vuelta de la esquina. Ya no volveré a pasar ese frío en la sucia pared que separa la calle del andén del tren. El tren que nos separaba, que nos separó, que nos separará. ¡No sufras, de verdad! He encontrado otro lugar donde pasar mis horas, donde derrochar sonrisas, para otro. Otro. Otra persona a la que regalar mi aliento, mi frío aliento. Ése aliento que helaba mis labios. ¿Mis labios? Mis labios que deseaban hasta hace poco los tuyos. Que evitaras ése frío en ellos, querían tu calor. Querían tus carnosos labios. Rojos, después de que te besara. Besos suaves, tranquilos, que poco a poco se aceleraban hasta mostrar toda la pasión acumulada. Ésos besos son efímeros.
Ya no volveré a pisar esta ciudad, me iré lejos donde no vuelva a sentir ése anhelo.

0 suspiro(s):